VivĂamos en la caverna de PlatĂłn, pendientes de los dispositivos digitales en cuyas pantallas contemplĂĄbamos las sombras que antiguamente se proyectaban en el muro. VivĂamos ensimismados en un mundo de ficciĂłn. VivĂamos anclados en el presente, pues ya no confiĂĄbamos en el futuro. Y en esto apareciĂł el coronavirus. Nos impusieron el aislamiento social. Se decretĂł el cierre de fronteras entre los paĂses. Nos concienciamos de que habĂa que intensificar la higiene, utilizar mascarillas y guantes. Y proliferaron las fotos alarmantes de personas heroicas, protegidas por batas, gafas, mascarillas, guantes y botas, luchando contra algo que no podĂamos ver y nos mataba. DespuĂ©s de siglos, una vez mĂĄs, en todos los continentes, se establecieron las mismas medidas de resistencia contra el ""enemigo invisible"" de la historia, contra la nueva peste que es la COVID-19.
Y comenzaron a circular comentarios, ensayos, artĂculos y anecdotarios que recordaban la peste negra pero, especialmente, los miedos y angustias sociales de un pasado que, aunque se creĂa aniquilado, todavĂa estĂĄ presente en los escondrijos mĂĄs recĂłnditos de la mente y la existencia humanas. La ubicuidad absoluta de la globalizaciĂłn, que ya no se limita al intercambio o consumo de productos, propaga miedos e incertidumbres. Otra vez ha irrumpido el pasado, se ha paralizado el presente, hay desconfianza y negaciĂłn del futuro. ÂżHemos llegado al final de la Historia? ÂżEs tiempo de resignaciĂłn y de nostalgia? Ante la ausencia de proyectos de futuro, Âżla soluciĂłn es recuperar las utopĂas del pasado? ÂżSon tiempos de retrotopĂa?
Este libro reĂșne las ponencias presentadas en el IV Coloquio Internacional del Programa Universitario de Estudios Hispano-Chilenos, que llevĂł por tĂtulo ""Historia y Prospectiva"" y se celebrĂł en ValparaĂso (Chile) durante los dĂas 14 y 15 de octubre de 2019. Una semana despuĂ©s se produjeron los hechos que llevaron a Chile a una de sus crisis mĂĄs notables y profundas de todo el siglo xx. A los pocos meses, se desencadenĂł la crisis del coronavirus que puso al mundo en vilo. ÂżFuimos capaces de prever durante esos dĂas de coloquio lo que se nos venĂa encima? No de manera especĂfica, pero sĂ fue nuestro objetivo tratar de visualizar el mañana, imaginar dĂłnde estĂĄbamos y, en sĂntesis, hacer prospectiva. Entonces defendimos que tenemos la capacidad suficiente (e histĂłrica) para, al presentar nuestras preocupaciones, romper con la clĂĄsica relaciĂłn lineal de pasado-presente-futuro histĂłricos; de causas y consecuencias encadenadas. Sostuvimos que el pasado se puede saltar el presente y que lo que pensamos en presente no necesariamente es lo que ocurrirĂĄ en el futuro. Nuestras reflexiones estuvieron en el lugar y el momento oportunos. No perdimos tiempo, sino que lo ganamos para imaginar el porvenir.