Dice Cometierra:
"Me acostĂ© en el suelo, sin abrir los ojos. HabĂa aprendido que de esa oscuridad nacĂan formas. TratĂ© de verlas y de no pensar en nada mĂĄs, ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada, salvo un brillo que mirĂ© con toda atenciĂłn hasta que se transformĂł en dos ojos negros. Y de a poco, como si la hubiera fabricado la noche, vi la cara de MarĂa, los hombros, el pelo que nacĂa de la oscuridad mĂĄs profunda que habĂa visto en mi vida".
Cuando era chica, Cometierra tragĂł tierra y supo en una visiĂłn que su papĂĄ habĂa matado a golpes a su mamĂĄ. Esa fue solo la primera de las visiones. Nacer con un don implica una responsabilidad hacia los otros y a Cometierra le tocĂł uno que hace su vida doblemente difĂcil, porque vive en un barrio en donde la violencia, el desamparo y la injusticia brotan en cada rincĂłn y porque allĂ las principales vĂctimas son las mujeres. En la persecuciĂłn de la verdad, en el descubrimiento del amor, en el cuidado entre hermanos, Cometierra buscarĂĄ su propio camino.
Dolores Reyes ha escrito una primera novela terrible y luminosa, lĂrica, dulce y brutal, narrada con una voz que nos conmueve desde la primera pĂĄgina.
"Lo maÌs intenso que he leiÌdo en mucho tiempo. Reyes es capaz de sugerir la violencia desde una posicioÌn liÌrica, alejada de la maniÌa de mostrar por mostrar. Con diaÌlogos muy sencillos e imaÌgenes a ratos surrealistas, nos hace llorar a fuerza de sugerir la miseria de todo un paiÌs y la terroriÌ ca situacioÌn que afrontan sus mujeres." Luna de Miguel