Lo mismo piensas que, después de las aventuras que han corrido en "Llamas y hechizos", Alaia y Panpox van a retirarse a lo alto de una torre para vivir tranquilamente y sin sobresaltos. Bueno, pues sà y no: lo de la torre es cierto, pero lo de "tranquilamente"... En fin, más bien todo lo contrario. Porque el Imperio dragón persigue a Panpox sin descanso, lo cual hace que los dos amigos tengan que mudarse a la isla de Titanor. Y allà odian a los dragones, y luego está lo de la invasión y la gran carrera y los crÃmenes misteriosos y los elfos traicioneros y la espada sacarroñas, que sigue sin hacer ni caso, y... Bueno, que te leas este libro y ya está.
Carreras de dragones nos lleva hasta las Islas Flotantes, un mundo habitado por monstruos invisibles, hechiceros capaces de transformarte en lombriz, humanas peleonas y dragones esmirriados (entre otras muchas cosas). Un mundo perforado por túneles en los que acechan monstruos asesinos. Por ejemplo, cucarachas cantarinas (y muy grandes). O babosas bulbosas. O trasgos que no se duchan casi nunca. O padrastros desdentados... En fin, criaturas terrorÃficas. Un mundo lleno de magia (que funciona cuando le da la gana), carreras subterráneas y dátiles de efectos insospechados.
Y en ese mundo, la humana Alaia y el dragón Panpox se verán obligados a colaborar para no morir en el intento. O algo asÃ.