Estar contra todo y todos parece la actitud mĂĄs adolescente posible. Pero estar contra cualquier atisbo de totalitarismo, ya sea estĂŠtico, subjetivo o polĂtico, resulta una tarea compleja. Y Contra la inocencia cumple a cabalidad ese objetivo. Pues en estos ensayos iconoclastas se hilvana una escritura fluida y aguda, a ratos Ăntima, que inspecciona con profundidad en las paradojas del individuo moderno. Gumucio exhibe asĂ la perversiĂłn que encubre cualquier cuerpo que posea una belleza extrema, la profunda violencia del animalismo radical, la esencia malvada de la polĂtica o la imposibilidad de apropiarse de la muerte y sus relatos.
En Contra la inocencia encontramos altas dosis del mejor gĂŠnero ensayĂstico: las ideas se van hilvanando con humor y ferocidad, dando pie a las contradicciones que demanda cualquier acto reflexivo. Gumucio aniquila la moralista divisiĂłn entre alta y baja cultura que suele ejercer la academia y con erudiciĂłn reflexiona prescindiendo de cualquier cita autorizada, tachando todo totalitarismo.