Estas dos narraciones se remontan al período de confinamiento global ocasionado por la COVID, hacia mediados de 2020.
En aquellos días el autor vio renacer en él algunos de los intereses de su juventud: el de la alquimia, los símbolos, los lenguajes cifrados de la antigüedad, así como el de sus bandas favoritas de rock progresivo de los años 70, década en qué vivió ese género más intensamente y más de cerca que nunca. De esta miscelánea de estéticas barrocas y preciosistas, nació La Cámara Tenebrosa, que fue publicada por primera vez en 2021, y luego El Juego de la Oca, obra que ha permanecido inédita hasta el momento actual.
El Juego de la Oca, se adentra en el poco conocido significado espiritual de aquel antiguo juego de mesa, que, según aseguran algunos, fue creado en el seno de la orden del Temple.
La Cámara Tenebrosa es, de las dos narraciones, la que lleva una marca más patente de esa etapa de incertidumbre y claustrofobia planetarias, pero también de mucha inspiración y reflexión, que supuso el largo parón impuesto por la COVID.