En 1937 se produce un encuentro ejemplar entre el mundo del arte y la realidad histĂłrica de la Guerra Civil. El Guernica de Picasso comparte la ilusiĂłn de las vanguardias soviĂ©ticas, la de El acorazado Potemkin y de todos los que siguieron el ejemplo de un arte polĂticamente comprometido, pensando que este puede incidir en la realidad, que el artista puede ser un aliado del polĂtico, del periodista y del historiador.
En el caso de Guernica, esta alianza resultĂł fructĂfera: asĂ pues, esta obra no solo se estĂĄ reproduciendo en los ĂĄlbumes sobre arte moderno, sino que se ha ganado un puesto sobresaliente en los libros de texto, en los documentales y en las ficciones histĂłricas. Como lugar de memoria de la Guerra Civil, el cuadro es tambiĂ©n una reivindicaciĂłn de los derechos humanos: Ășltimamente se ha hecho viral una versiĂłn que denuncia las violencias policiales contra los manifestantes en Chile, por ejemplo. Sin embargo, no faltan intentos por recuperarlo para la ideologĂa de los vencedores o desvincularlo del bombardeo. Los capĂtulos de este libro plantean la recepciĂłn artĂstica y literaria del fenĂłmeno cultural Guernica en esta complejidad, como Ăcono y mito.