Debo el nombre de este libro a Charles Bukowski. El hombre lo menciona en su diario El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco. Allí cuenta cómo se hallaba buscando un título para su nuevo poemario. El autor de Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones pensó en La Biblia de los desencantados, Confesiones de un hombre lo bastante loco como para vivir con bestias y recordó varios de otros escritores: Memorias del subsuelo, El corazón es un cazador solitario y el que nos ocupa, original de Josephine Lawrence, quien bautizó así un libro suyo en 1938. No dudé un instante en inclinarme ante esa frase y apoderarme de la pequeña joya. Quien escribe leyendo, recordando, plagiando, juzgando, sampleando e interpretando, no debe sentirse culpable por apropiarse de algo más.
Los relatos que siguen son "literatura". Los personajes son ficticios, como ejercicio de ficción es haber mejorado la belleza de mi ciudad natal añadiéndole gente de carne y hueso al paisaje desolado.
C.P.M.