los Reformadores españoles fueron una fuerza vital y productiva en la Reforma europea junto a los grandes reformadores europeos. Ese protestantismo que floreció con vigor en España aunque restringido en tiempo y espacio, aún sigue siendo desconocido por muchos en nuestro país. Su origen está históricamente documentado desde el siglo XVI. Los lugares de mayor popularidad fueron las ciudades de Sevilla y Valladolid; alcanzando por igual a los monjes enclaustrados y a los cortesanos de Felipe II. Aunque los convertidos a la fe evangélica eran pocos respecto a la población total de España, muchos fueron personajes influyentes en el campo de la religión y la cultura, predicadores, y escritores de renombre.