Dos autores treintañeros, Karl Marx y Friedrich Engels, redactaron en 1848 el Manifiesto del Partido Comunista. Unas páginas que tuvieron poco éxito inicial, pero que más tarde estaban destinadas a cambiar el mundo. Un texto que a finales del siglo XX se publicó en más de doscientos idiomas y en 500 millones de ejemplares. Historia y lucha de clases, burguesía y proletariado, trabajo y libertad, propiedad privada y explotación, partido y revolución, capitalismo y comunismo: estos son los pasajes cruciales de una idea del hombre, de la política y de la sociedad que marcaron el siglo XX. Un texto que ha sido objeto de debate para historiógrafos, filósofos y politólogos, que han intentado, desde distintas perspectivas, interpretarlo, revisarlo, aplicarlo y refutarlo.
Hoy, el Manifiesto vive una nueva juventud. Abandonada por la implosión teórica de la izquierda mundial, combatida ideológicamente por el capitalismo globalista, la obra maestra de Marx y Engels vuelve a asomar entre los textos más leídos, sobre todo por los jóvenes. ¿Por qué? Tal vez porque es un texto que conserva su vigor polémico. Tal vez porque, debidamente reajustado, logra explicar buena parte de la dinámica que aún hoy vivimos. Y tal vez porque nos exhorta a imaginar que el capitalismo aún puede ponerse en tela de juicio, en una época aparentemente sin alternativas.