Es difĂcil encerrar una parte de la obra de una poeta âutilizo el tĂ©rmino "poeta" con gĂ©nero femenino como un gesto de complicidad hacia Marianaâ en un libro. Y es mĂĄs difĂcil aĂșn describir la sinĂ©cdoque que resulta. La obra poĂ©tica estĂĄ viva: es como mirar un rĂo. Y nadie se sumerge dos veces en un mismo poema. Releo la obra poĂ©tica de Mariana y nunca encuentro las bisagras: cada nuevo poema es el mismo rĂo. Quien escribe poesĂa, la escribe permanentemente. No se puede disociar un poema del resto y, a la vez, todos caben en uno. Hay aristas estĂ©ticas: este libro las tiene y serĂĄ tarea de ustedes, lectores, entenderlas. Pero son irrelevantes porque nunca son iguales. Y por eso hay que buscarlas. Escribo la reseña de Ninguna Nuez porque Mariana me saca de su corriente y me empuja a la orilla. Apenas describo la imagen que veo. Todo cambia cada vez, menos el rĂo, que siempre es el mismo pero nunca es exactamente igual. La parte por el todo o el todo por la parte: un libro de poesĂa es, en el mejor de los casos, una sinĂ©cdoque inagotable. Propongo con esta reseña que si Ninguna nuez lo es, serĂĄ entonces ây sĂłlo entoncesâ, un libro de poesĂa. Yo no he podido refutar esa hipĂłtesis pero les propongo a ustedes que lo intenten: a ver si alguno puede leer dos veces este libro de la misma manera.
NicolĂĄs M. Poulsen