Esta obra reúne tres trabajos de investigación, que en definitiva cambiarán los estudios sobre la carga de la prueba y otros conceptos relevantes para el proceso contemporáneo, como la actividad de valoración y los estándares probatorios. Estamos frente a una obra que nos llevará a pensar, cuestionar y redefinir críticamente el contenido de varias instituciones procesales.
En el primer trabajo, el autor realiza una investigación sobre la carga de la prueba desde una perspectiva histórica, para lo cual se traslada a los tiempos del proceso medieval. Sobre la base de este prolijo estudio, afirma que la carga de la prueba se configuró siguiendo las pautas del sistema de prueba legal.
En el segundo trabajo, el autor afirma que, para que la prueba sea valorada de verdad, deberá valorarse racionalmente. ¿Y qué implica esto? Supone que no se establezcan atajos a la actividad probatoria de valoración. Asimismo, argumenta su concepción respecto de la función de los estándares de prueba, a los que considera como una herramienta de la valoración legal.
Finalmente, en el tercer trabajo, el autor expone sus razones de por qué no debería existir la carga de la prueba ni en su vertiente subjetiva ni objetiva. Sin duda, esta propuesta inaugura un espacio de interesante debate dentro de los estudios sobre la carga de la prueba.