Examina la evolución de la orden de San Camilo en la capital peruana entre los siglos XVIII y XIX. Luego de situar su establecimiento inicial en Barrios Altos, el autor estudia la implantación agrícola de la orden y sus haciendas azucareras de Cañete, su éxito y expansión, pero también su crisis interna y su declive ulterior. Al iniciarse la República, la institución de los padres crucíferos será suprimida dos veces y dos veces restablecida, en el contexto de la inestable política del Estado de cara al clero y la Iglesia peruanos. Estamos ante una investigación histórica original, basada en documentación de archivos, que sugiere enfoques comparativos e invoca la realización de trabajos similares sobre otras instituciones.
Gracias a sondeos previos y especialmente con la puesta a disposición de los investigadores de nuevas masas documentales, es posible pensar que los conventos, monasterios y parroquias del Perú, contienen una riqueza archivística de primer orden, cuya explotación sistemática por los historiadores permitiría echar luces sobre la sociedad peruana, desde fines del Antiguo Régimen. Se puede deducir de ello la existencia de unos yacimientos documentales y de fuentes históricas que, a la imagen de la presencia de la Iglesia católica en el Perú, tendrían un amplio alcance, esto es, societal, económico, financiero, institucional y religioso.