En la actualidad vivimos en una sociedad que ha desarrollado una fobia al dolor, en la que ya no hay lugar para el sufrimiento. Este miedo generalizado se refleja tanto en lo personal como lo social, e incluso en la polĂtica. El imperativo neoliberal «sĂ© feliz», que esconde una exigencia de rendimiento, intenta evitar cualquier estado doloroso y nos empuja a un estado de anestesia permanente.
Como en La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han parte del supuesto de que en Occidente se ha producido un cambio radical de paradigma. Las sociedades premodernas tenĂan una relaciĂłn muy Ăntima con el dolor y la muerte, que enfrentaban con dignidad y resignaciĂłn. Sin embargo, en la actualidad, la positividad de la felicidad desbanca a la negatividad del dolor, y se extiende al ĂĄmbito social. Al expulsar de la vida pĂșblica los conflictos y las controversias, que podrĂan provocar dolorosas confrontaciones, se instaura una posdemocracia, que es en el fondo una democracia paliativa.