Hablar del tratamiento del agua, de su mantenimiento y en general de la limpieza de las piscinas, es hablar de mucho más que del simple vertido de cloro (o cualquier otro desinfectante), o la simple conservación del agua.
Por una parte, hablar del tratamiento del agua (para piscinas de uso colectivo) es asegurar una serie de acciones, medidas y actividades, capaces de garantizar el uso de un recinto destinado al baño público y colectivo, mediante una regulación, una intervención y un permanente control de agua suficiente que garantice la seguridad de los usuarios y trabajadores de la instalación.
Por otra, se trata de significar la importancia de una profesión, de dignificar a unos profesionales y se trata de poner en valor un trabajo que, a menudo, es desconocido y cuanto menos ignorado, por los usuarios.
Existe una normativa, a menudo compleja y diversa que se debe observar y cumplir. Existe una intervención en la dosificación de los productos con los que trabajar. Existe un delicado control de su vertido. Existe una vigilancia y observación de los parámetros que deben mantenerse para que el agua sea apta para su uso.