En solo cien dÃas de 1994, extremistas hutus masacraron a más de un millón de tutsis en Ruanda. Ante una matanza tan atroz, un joven adventista tutsi se negó a quebrantar los mandamientos de la Biblia. Como con Daniel y sus tres amigos, Dios intervino vez tras vez, no solo para salvarle la vida, sino también para darle la oportunidad de testificar en el proceso.