Glovo opera a través de aplicaciones y trata a sus riders como carne de cañón con la que alimenta su algoritmo.
Les vemos con sus mochilas por todas partes: yendo de acĂĄ para allĂĄ por unos pocos euros, esperando ante un restaurante a que caiga otro pedido...
Siempre a la intemperie, soportando el frĂo del invierno, el calor del verano, el riesgo del asfalto y el peligro de ir en bici en medio de los coches, corriendo para llevar el pedido contrarreloj, tambiĂ©n en dĂas de lluvia. Ser rider es un oficio de alto riesgo y poca recompensa y, hasta hace poco, sin relaciĂłn laboral reconocida.
RaĂșl GarcĂa Agudo, delegado de CCOO de Valladolid, nos introduce en el mundo del rider, de sus condiciones de vida, de la lucha por sus derechos como trabajadores y ciudadanos.