El martirio de mi alma púber-adolescente me concedió el derecho de hurgar la verdad en mi propio ser y en la sociedad mentira que había creado y alimentado ese dolor.
Lo hice en un diario poético informal, que comencé a escribir a los diecisiete años recién cumplidos, con pluma de uña y tinta de sangre y que, a lo largo de mi vida, no he dejado de escribir...
DAR A LUZ
Me he ido
pariendo,
paso a paso,
duda a duda,
silencio a silencio,
sangre a sangre,
en el alma útero,
rompiendo
tinieblas...
hasta "dar a luz"
un propio
alumbramiento...
(Federico Bilbao)