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Atrapada En Su Lazo

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Se suponía que serían solo unos días de descanso en el campo. Lejos de las prisas con las que vivía en la ciudad... Sin embargo, me salió al paso, de hecho fui yo quien entró en sus tierras, un orgulloso y arrogante leñador, que me volvería loca. Por si fuera poco, también era el vaquero mås guapo que he visto en mi vida. Mi gran tormento empezaría allí. ¿¥Mi probable retiro amoroso, o quién sabe, liberación!? Solo sé que mi mundo, mi independencia y mis costumbres se verían sacudidas, y probablemente nunca volverían a ser las mismas, después de Víctor.

- ÂżEstamos llegando?, - me pregunta pasĂĄndose al asiento del copiloto a mi lado y cerrando rĂĄpidamente la ventanilla de la puerta. Lo que acabo de hacer en el otro lado.

- Eso es lo que parece, pero un tipo despistado pasĂł hace un momento y casi me ahoga con el polvo que dejĂł atrĂĄs. - Ruth se rĂ­e de mi mal humor y se queda en silencio a mi lado hasta que llegamos. Cuando nos acercamos a la finca reconozco la camioneta que pasĂł junto a nosotras. — El maleducado al parecer se detuvo aquĂ­ en la finca de tu tĂ­o. Ese es el coche que nos pasĂł - digo señalando el 4x4 negro completamente cubierto de polvo de la carretera.

- Creo que sé de quién es ese coche. - Ruth habla y comienza a sonreír cuando un hombre alto y moreno aparece en la puerta de la casa, usa botas y vaqueros ajustados con una horrible camisa a cuadros. En su cabeza lleva un sombrero de cuero y no se ve casi nada de su rostro.

- Si trata asĂ­ a los visitantes cuando llegan, me pregunto cĂłmo serĂĄ el dĂ­a que nos vayamos. — Mi amiga sonrĂ­e con fuerza, cosa que no entiendo, al fin y al cabo, quĂ© divertido es tener la cara y el pelo cubiertos de tierra... Bajo lentamente tras observar el fraternal saludo entre ellos. Pronto soy capturada por dos ojos negros, brillantes y con una expresiĂłn enigmĂĄtica que me miran mĂĄs de lo debido. Ciertamente me reĂ­ de lo que habĂ­a hecho.