Al producirse la crisis de la monarquía española de 1808, Estados Unidos de América era un antecedente exitoso pero excepcional. Es en tal contexto que debe situarse la experiencia revolucionaria neogranadina. De otra forma, se corre el riesgo de olvidar su carácter vanguardista o de concebir como imitación lo que en realidad fue una participación original y muy importante en un debate álgido en torno a la reforma del gobierno de las sociedades humanas. La correspondencia y escritos de Joaquín Camacho y Lago que componen este libro muestran la dificultad de la materia y dan muchas luces sobre las referencias librescas e históricas con que contaban los líderes del Nuevo Reino de Granada para dar forma a la República.