¿De qué manera nuestra comprensión del alma humana se relaciona con las posibilidades del diálogo? ¿Es posible identificar diferentes niveles de interioridad a la hora de dialogar? ¿Qué sucede cuando en un diálogo las personas se encuentran en niveles de interioridad muy dispares? ¿Son estos interrogantes planteos teóricos o acaso su comprensión modifica de alguna manera la práctica de diálogo cotidiana?
Esta propuesta, que Roxana Fantin ha llamado comunicación nuclear, busca repensar el diálogo desde el centro de la persona, su núcleo: el alma. No entendida esta como un espacio interior reductivo (lo mental, lo religioso, lo místico, el impulso vital), sino como la dimensión espiritual que asume toda la realidad biopsicosocial espiritual.
En este estudio, la autora compara y analiza distintos autores contemporáneos que han hablado acerca del diálogo y advierte la falta de una visión integrada del ser humano que dé sustento a sus teorías. Por eso, uno de los principales objetivos de Fantin consiste en realizar su aporte desde una antropología filosófica de base personalista que asuma la esencia espiritual del ser humano como dimensión integradora.