El Sabbat era el dĂa de descanso sagrado para el pueblo judĂo, dĂa dedicado a YahvĂ©, y antecedente del domingo, nuestro dĂa de descanso laboral.
Los agobios de la vida diaria nos hacen complicado desconectar un dĂa a la semana de nuestros trabajos diarios para disfrutar de ese regalo que hizo Dios a su pueblo en la antigĂŒedad recordando el final de la creaciĂłn. Y, aunque muchos nos ofrecen remedios para liberarnos de la ansiedad, hay que reconocer que pocas veces lo consiguen.
El hecho de dejar en descanso nuestros mĂłviles y ordenadores una vez a la semana para encontrarnos con nosotros mismos y entablar conversaciĂłn con el Creador es una disciplina que no nos llega de forma natural pero que nos puede transformar cuando nos comprometemos a practicarla.
Las pĂĄginas de este libro nos muestran tambiĂ©n cĂłmo Dios tiene una visiĂłn mucho mĂĄs amplia del descanso; de hecho, desde el principio del GĂ©nesis hasta el final del Apocalipsis estĂĄ llevando a toda la creaciĂłn hacia la plenitud y el descanso en Ăl.