Se empezó con el deseo de mostrar que el libro de Jonás fue mucho más que la historia de un gran pez. Mucho más grande y glorioso que el pez es el Dios que lo prepara, el Dios que guía a todos, desde unos marineros paganos a una enorme ciudad pagana, a la salvación por gracia.
Y si es por gracia, toda jactancia se queda excluida. Enseñamos a nuestras congregaciones de acuerdo con Hechos 10:34-35 que "Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia." Así debemos hacer. Pero sin querer, a la vez nuestros pensamientos, conversaciones, sermones, acciones y aun nuestra obra misionera pueden revelar una actitud firme de que algunos "merecen" la gracia de Dios más que otros. Esta exposición del libro de Jonás intenta a descubrir algunos de estos prejuicios para derrumbarlos.