"Debo confesar que no suelo frecuentar el mundo de los relatos de terror, pero creo que la literatura argentina no abunda en autores del género. Fuera de Horacio Quiroga y mi amigo Juan-Jacobo Bajarlía, podría mencionar escasos nombres. De modo que la propuesta de Marcelo di Marco para que ocupara este espacio, me dio la oportunidad de bucear en aguas para mí casi desconocidas. Fue una instructiva y placentera experiencia que agradezco. Valió la pena disfrutar de una prosa ajustada y entretenida, que suena según la necesidad del sujeto y deriva de la procacidad más chabacana a un lenguaje terso y cuidado que introduce al lector en infinitos e inesperados universos. Como a Publio Terencio, nada humano le es ajeno a Marcelo, que propone en estos cuentos una galería de personajes y situaciones de perversidad y horror que no excusa ni a los niños ni a las escuelas. En las páginas finales, el libro propone una interesante serie de comentarios sobre la estructura de los relatos y devela utilísimos trucos del oficio que, con seguridad, serán aprovechados por la legión de alumnos que desfilan por sus talleres" (Rubén Tizziani).