Amor no teme peligros. Tirso de Molina
Fragmento de la obra
Jornada primera
(Salen doña Elena Coronel, con manto, Engracia, sin él, y don Juan de Urrea.)
Juan: No has de ir, por vida mĂa.
Elena: ÂżVida y tuya? Toma, Engracia,
allĂĄ este manto.
(QuĂtaselo.)
Juan: ¥Qué gracia!
ÂĄQuĂ© primor! ÂĄQuĂ© cortesĂa!
Elena: Solo en tu vida se fĂa
mi esperanza, y en su esfera
sus alivios considera;
que para mĂ no hay mĂĄs mal
que el recelarte mortal,
porque eterno te quisiera.
Si a sospechas te provoco,
no, mi don Juan, suelto el manto;
mas vida que estimo tanto
no la jures por tan poco.
Juan: Con tantas finezas loco,
aunque las adoro y precio,
mis méritos menosprecio;
porque llego a conocer,
mi bien, que no puede ser
tan dichoso quien no es necio.
Vete, señora, a la mano,
favores con tiento tasa,
¿qué Sol que al nacer abrasa
ponerse quiere temprano?
Lloraré después en vano
si no prosigues empeños
de tantos primores dueños;
que amor que empieza en favores,
soberbio con los mayores
no se halla con los pequeños.
Querer bien por elecciĂłn
y no por razĂłn de estado
âque aunque este nombre le han dado
no sĂ© que haya en Ă©l razĂłnâ
nunca va en diminuciĂłn;
y asi agora que niño es,
en los extremos que ves,
don Juan mĂo, te parece
que mucho te favorece.
Juzga tĂș, ÂżquĂ© harĂĄ despuĂ©s?
Como rapaz me desvela
y, en fe de recién nacido,
cobarde sale del nido,
bisoño en amarte vuela.
Haz cuenta que va a la escuela
y que empieza a deletrear
el abecé del amar;
porque, en llegando a crecer,
si agora aprende a querer,
presto enseñarå a adorar.