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Arte y naturaleza : El sentido de la irregularidad en el arte y la arquitectura

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El actual gusto por la irregularidad, en arquitectura, procede del viejo gusto por lo pintoresco. Enfrentado en ocasiones al gusto por la regularidad, es completamente ajeno, sin embargo, al gusto por el desorden. Ocurrió que las pinturas de paisajes realizadas en el siglo XVII demostraron, en el XVIII, que la belleza no dependía sólo de la regularidad. Entonces se descubrió que los distintos elementos del cuadro se podían conciliar, procurando el equilibrio del conjunto, sin renunciar al contraste y la variedad. En poco tiempo la pintoresca irregularidad de los paisajes pintados se trasladó al diseño de jardines y edificios, representando la libertad natural y la honestidad, privacidad y funcionalidad.La libertad del artista creador, que configuraba sus edificios sujetándose supuestamente a los usos, se enfrentaba a los límites de la forma. La función debía siempre imponerse.