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Así hablamos los Argentos

E-book


Para los aficionados a los temas lingüísticos, los de comunicación en general y la interpersonal en particular, siempre habrá un sinnúmero de temas atractivos para ser estudiados o analizados desde puntos distintos. "Así hablamos los argentos, es uno de esos casos".

El objetivo de la obra ha sido recoger y presentar vocablos y expresiones de uso habitual, que por su repetición, oral o escrita, configuran locuciones y modismos incorporados a la comunicación coloquial cotidiana dándole ese carácter "particular" a nuestra forma de hablar, tanto que podríamos calificarla como "forma argentina" pero que no se restringe al uso de los calificados como "argentinismos", ya que en muchos casos alcanzan el ámbito, rioplatense y latinoamericano. La pretensión de exponer la amplia gama de modalidades coloquiales, brinda la posibilidad de abordaje por distintas vías, lo que permite a su vez un formato de agrupación para ser más ameno su acceso y lectura.

El dinámico juego expresivo de los modismos, en la mayoría de los casos, la comunicación no se compromete sino que hace que esta adquiera una forma peculiar usada en todo el territorio del país, a la que se añaden los regionalismos y provincialismos. Además, es notable ver cómo, en vocablos de grafías idénticas, la diferencia de sentido se transmite a través del lenguaje paraverbal o no verbal.

La atracción en este caso, ha llevado al autor, a sondear no solamente en los posibles orígenes geográficos, culturales y etimológicos de esas locuciones y modismos, sino en el armado de las frases, incidencia de la moda o imitación, "herencia generacional", comparaciones, modificaciones de índole grafica o semántica, algunas curiosidades idiomáticas, etc.; todo ello, motivado, e impulsado siempre y de modo constante, por estos interrogantes:

— ¿Qué nos lleva a armar o usar una frase de determinada forma?

— ¿Por qué decimos lo que decimos?

— ¿De dónde provienen las locuciones que usamos?

— ¿Cómo o cuándo las adoptamos?

— ¿Nos han llegado modificadas o las modificamos nosotros?; ¿Por qué causa?

— ¿Tenemos formas propias?; ¿cómo surgen?

— ¿Son reemplazadas a través del tiempo?

— ¿Cómo inciden en la comunicación cotidiana?

Un registro de estas características, exige atención permanente durante mucho tiempo, a todo tipo de manifestación coloquial oral o escrita, charlas de familia, amigos, reuniones formales e informales, el lenguaje de la calle, los medios de comunicación, etc.; es decir todos los ámbitos de prevalencia de lo coloquial (donde las vulgaridades también están).

Es un conjunto de modalidades que incluye: armado particular de frases, expresiones que tomamos de distintos deportes, asignación de nombres propios para cosas o situaciones, el recurso de la ambigüedad y polisemia aplicadas al humor con mucha creatividad; vocablos y verbos que inventamos, eufemismos, disfemismos y muletillas (o "latiguillo"), tropos y metáforas, palabras "comodines", atajos que alteran frases; usamos una gran cantidad de dichos, refranes y locuciones que conforman la fraseología popular autóctona (y regional) o la heredada de las generaciones que nos precedieron, por influjo de la conquista, la inmigración, etc. Esa fraseología, se la usa y repite, desconociendo en general, su origen o significado real; más aún, por el uso, suele modificarse la forma y hasta dársele un sentido distinto.

En definitiva, esta obra, pretende resaltar la riqueza de la modalidad coloquial (que obviamente se mezcla con lo vulgar), lo que ha quedado plasmado en más de tres mil registros y que permite que podamos decir: Así hablamos los argentos.