No era un chico muy guapo. Para ser honesto contigo, no lo tenÃa en el departamento de óptica. No era ni delgada ni gorda, sólo una media con una barriga ligeramente más grande. Era pequeño, con una cara redonda, pelo castaño despeinado y gafas. En otras palabras, yo era un geek clásico. No tenÃa muchos amigos, y ahora que me habÃa mudado a un nuevo instituto en la ciudad, tenÃa aún menos. ¿Y las novias? OlvÃdalo. La mayorÃa de las chicas ni siquiera me miraban, todas de 1.6" de altura y promedio. Pero para ser justos, los amigos que tenÃa eran muy buenos amigos. No es que fuera tÃmido e introvertido, pero mi escuela anterior estaba compuesta principalmente por atletas, y ciertamente no pertenecÃa a ese grupo. Asà que mis amigos se sentaban juntos y bromeábamos y hablábamos de los últimos videojuegos, eventos deportivos o ferias de ciencias. En realidad no fue tan malo, y no me estoy quejando. Por cierto, me llamo John.
Pero a veces desearÃa ser algo más que un promedio. QuerÃa que esas chicas guapas se fijaran en mÃ, sólo un poco. Y... Vale, es hora de contarte un gran secreto: Yo sólo era un poco bi. SÃ, bisexual. Definitivamente no era gay, quiero decir, estaba mucho más interesado en las chicas que en los chicos. Pero habÃa un atleta, Brian. Era un poco mayor que yo y súper atlético. Pelo corto y negro, hombros anchos y caderas estrechas, brazos musculosos, mandÃbulas cinceladas... y bueno, a veces fantaseaba con compartir la cama con él.
Como cualquier chico de 18 años, habÃa descubierto el porno hace un tiempo y me habÃa estado masturbando con él. Al principio era más bien algo directo. Pero luego, por curiosidad, vi algunos videos gay. Los primeros me parecieron muy aburridos. Luego vi uno donde ambos tipos eran muy atléticos y musculosos y ambos tenÃan pollas grandes y gruesas. Uno era obviamente más sumiso y dejó al otro follar duro y rápido por el culo.