El 22 de septiembre de 1910, dos meses antes del estallido revolucionario, Justo Sierra Méndez encabezó uno de los actos más importantes dentro de la conmemoración del centenario de la Independencia: la inauguración de la Universidad Nacional de México. No era éste un acto más entre las festividades del centenario, sino la realización de un anhelo heredado de la más pura raigambre liberal del siglo XIX. En este breve volumen reproducimos el discurso que Justo Sierra pronunció en tan significativa ocasión.