"¿Qué pasaría si desaparecieran las empresas?" Con esta pregunta provocadora nos desafían los autores casi al inicio del libro. Pero no cabe desalentarse: con su experiencia en consultoría, investigación y estudio se ponen al servicio del lector para guiarlo en la búsqueda de posibles respuestas, con datos concretos y ofreciendo espacios de pensamiento autónomo. No podemos desconocer que se hace urgente pensar en la empresa como un agente fundamental para el desarrollo real y sostenible de una Latinoamérica, hasta ahora, tan castigada por la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la injusticia, la falta de garantías... La empresa, muy por el contrario a la imagen de "enemiga" que algunos grupos ideológicos o políticos vienen promoviendo en el imaginario del ciudadano, es un actor de alto impacto económico, pero también social, humanitario y comunitario. Si bien no todas las empresas están alineadas con los mismos propósitos -puesto que las empresas se desarrollan dentro de sociedades que tienen sus propias reglas y cultura-, hay en la región importantes y variados casos de empresas exitosas con directivos que se centran en el bien común, que se manejan dentro de los criterios éticos y que cuentan con equipos comprometidos a aportar bienes sociales. Frente a Estados vaciados por la corrupción y las malas gestiones, hay que promover empresas con propósitos de impactar positivamente en la sociedad, como una respuesta concreta a la necesidad de generar riqueza, empleo, inclusión y valores. Estos impactos tienen que ser comprendidos y enseñados a distintos actores sociales. ¿Qué pasaría si desaparecieran las empresas en Latinoamérica? Ese escenario imaginario se presenta, al menos, inquietante.