Una colección de historias fascinantes -y reales- en torno a un deporte que levanta pasiones: El ritmo de la cancha es un viaje alrededor del mundo y a través de la historia
Sam Balter se subiĂł en 1936 a un barco en el puerto de Manhattan que le llevĂł al epicentro de la infamia. El rey Faruq I le robĂł un sable al Sha de Persia y el reloj a Churchill. Big Don puso a bailar a la parroquia afroamericana de la bahĂa de San Francisco. En Argentina, el mago Mandrake realizaba sus trucos mientras una generaciĂłn desaparecĂa de su tiempo. Imelda Marcos guardaba en su ropero 3.000 pares de zapatos que no le diĂł tiempo a ponerse. Jim Carroll ejerciĂł de chapero en Central Station mientras NYC se consumĂa. A orillas del Mekong, Kim Van navega por la red mientras su tio la observa distante. Sarajevo soportĂł el asedio mĂĄs largo de la era contemporĂĄnea. En Venezuela, los ritmos del presente y del futuro cambiaron. En las radios palestinas suena la voz aterciopelada de la cantante libanesa Fairouz mientras el silencio se adueña del espacio. Toni Smith todavĂa no entiende por quĂ© querĂan que se fuera de su paĂs. En Somalia un grupo de mujeres desafĂa al Diablo. Woody Allen en 1977 puso a jugar al intelecto frente a lo fĂsico.
Este libro estĂĄ pensado como un disco, trece temas que cuentan historias de personas, lugares y Ă©pocas diversas. Los trece relatos tratan de buscar los lugares comunes del mundo atravesados por el baloncesto y la aspiraciĂłn (del autor) es que suenen a algo parecido al jazz.