Asier, un niño como tantos, tiene un sueño. Cuando lo desvela, genera un debate constructivo en su barrio, que se aboca, con la guía del profesor Gustavo, a investigar para dar solución al problema eminente de la falta de agua.
Jugando a ser detectives, sin el apoyo de Internet, los niños promueven la participación de la comunidad, cuyos miembros aportarán sus conocimientos para acercar soluciones.
Esta es una historia protagonizada por la curiosidad como motor para el descubrimiento. Y también es un relato lleno de compañerismo y tenacidad.