A partir de temáticas diferentes pero profundamente conectadas entre sí, los siete ensayos que componen este libro tienen en común un interés básico: "la situación del hombre en el mundo" en estos inicios del siglo XXI. En ninguno de ellos nos referimos directamente a la crítica situación seguramente, prebélica de la hora presente. Sin embargo, las alusiones, las referencias indirectas y las evocaciones históricas permiten una reconstrucción de las etapas del camino que ha seguido y que todavía sigue nuestra cultura hasta llegar a ese estado de cosas. Hemos titulado a este conjunto de ensayos de antropología "las estaciones del laberinto".
Con este título no pretendemos solamente describir la entrada y unas ciertas formas de extravío en el laberinto, sino que, sobre todo, queremos señalar cuál puede ser, según nuestra manera de ver las cosas, la salida de él. La reflexión en torno a la vida cotidiana constituida y concretada mediante términos como palabra, religión, educación, historia, simbolismo, silencio, mal, salud, etc. constituye el centro de la praxis antropológica que hemos venido desarrollando durante estos últimos treinta años. En el ser humano, el "buen uso" de esos elementos permite la articulación siempre problemática entre interioridad y exterioridad, mientras que el "mal uso" conduce al caos y a lo que, en otro contexto, hemos denominado "desestructuración simbólica".
Hombres y mujeres jamás pueden eludir la entrada en el laberinto. La cuestión esencial es si resulta posible, a nivel individual y colectivo y a pesar de nuestra ineludible constitución laberíntica, mantener activo con ciertos visos de verosimilitud el deseo de salir de él.