Hay pocos pensadores que resulten tan necesarios y actuales como la filósofa alemana Hannah Arendt.
Sus ideas han germinado como punto de partida para reflexionar sobre muchas cuestiones del mundo actual: la sociedad-masa, las posibilidades de la acción, los problemas de la democracia, la violencia extrema y la responsabilidad de los ciudadanos en la aceptación de la violencia, por citar algunos ejemplos.
Los paralelismos entre las situaciones que ella vivió por su condición de judía y nuestro convulso presente, un presente en el que el fantasma del totalitarismo se erige peligrosamente como un fenómeno global, nos permiten hallar en sus teorías un anticipo a nuestras respuestas. Podemos rastrear estas claves en obras como Eichmann en Jerusalén,
La condición humana o Los orígenes del totalitarismo. En ellas comprobamos que el valor, la fuerza y la lucidez de su pensamiento radican precisamente en su original y testaruda capacidad para indagar de manera crítica acerca de nuestros más asentados y tradicionales conceptos políticos.
Este libro analiza de forma rigurosa y amena una de las propuestas teóricas más originales e independientes de este siglo, y una de las más resueltamente a favor de una recuperación de lo público y del sentido y dignidad de la política como actividad que constituye un fin en sí misma en tanto que expresión de la condición humana de la pluralidad.