"La octava maravilla" se inscribe entre las novelas de gĂ©nero fantĂĄstico "que suelen ser aventuras de la imaginaciĂłn filosĂłfica", afirma en su prĂłlogo Adolfo Bioy Casares. El relato de los hechos que Alberto Paradella se ve obligado a hacer para aliviar su desconcierto, inicia con el recuento de una vida anodina, refugiado en su estudio, fingiendo escribir una novela para huir de sĂ y de la mujer a quien ama, para acabar confundido entre dos ciudades superpuestas, la historia que escribe en un delirio febril y una mujer que aparece de forma misteriosa. Es, en palabras de Bioy Casares, "el hĂ©roe que extravĂa su mundo, el barrio conocido y familiar, para recuperarlo en parajes remotos". No obstante, las grietas en la realidad de la novela de Kociancich son de una enorme sutileza. Se trata menos de un desplante del gĂ©nero que, como ella misma lo dice, "una llave metafĂłrica al descubrimiento de que este mundo, esta vida, no es tan sĂłlido, tan firme y contundente como creemos".