Los seis relatos que componen este libro ocurren en distintos puntos del mundo. En cada caso el territorio les da un valor incalculable porque es la cultura del lugar la que define los dramas y los hechos.
Esa diversidad de los lugares tiene la impronta de la inapelable influencia periodística, adherida a mi piel como un agua pegajosa. Durante varios años el periodismo me dio la oportunidad de realizar viajes a países que eran mundos radicalmente distintos del mío, ya sea por razones políticas, culturales o religiosas. La curiosidad o el deseo de entender cómo funciona el fondo común del ser humano por debajo de esas diferencias es un legado de aquellos viajes y es la semilla de estos cuentos.