La cuarta revolución industrial está entre nosotros. Una nueva revolución con tecnologías que, en apariencia, ofrecen lo que no hicieron las tres revoluciones previas: reemplazar por completo al ser humano de los procesos de trabajo. ¿Cómo podría el área que administra el trabajo en las empresas permanecer inmutable ante una revolución de tal magnitud?
La cuarta revolución puso en agenda una serie de temas que impactan directamente sobre el futuro de las áreas de recursos humanos. La sustitución total de la mano de obra humana replantea ordenamientos sociales y pone en valor la importancia de la empleabilidad de todos: de los profesionales de recursos humanos y de todo aquel que pretenda trabajar en organizaciones. Surgen constantemente nuevas formas de organizar el trabajo y la producción, al tiempo que las modalidades de contratación cada vez son menos representativas de la naturaleza de los trabajos. La intensidad aplicativa de las nuevas tecnologías alcanza a todos los trabajos, ya ningún puesto o profesión puede arrogarse ser irremplazable por una tecnología. Si a estos temas le sumamos el debate sobre el fin del mundo del trabajo y la diversidad de sentidos atribuidos al trabajo, claramente el área que administra el trabajo en las empresas no puede permanecer inmutable ante una nueva revolución industrial.
Encontrarán aquí una serie de reflexiones para pensar la evolución del liderazgo de recursos humanos y, en consecuencia, su propia supervivencia organizacional.