En Romancero gitano, Federico García Lorca universaliza la esencia del pueblo gitano. Lo hace a partir de los arquetipos de su sentir y de sus lamentos, incluido el tópico de su persecución por los sempiternos guardias civiles. Se trata de poemas casi teatrales o narrativos a veces, con versos cortos de poderosa imaginería poética.
Aquí los versos transmiten en ocasiones una sensación de inquietante misterio y, en general, un sentido oscuramente trágico de la existencia. Ello se ve, tanto en el sentido del individuo como en el colectivo. Se relata la fe en la vida de un pueblo que se siente oprimido, en este caso simbolizado en los gitanos.
Al Romancero gitano pertenece el famoso poema de Lorca «La casada infiel». Este empieza con los siguientes versos, tan citados por su musicalidad y por la tragedia que encierran:
«Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido»
Federico García Lorca