ÂĄSi conocieras el don de Dios! AsĂ se dirige Jesucristo a la mujer de SamarĂa, junto al pozo de Sicar. Quien conoce ese don, lo conoce todo.La existencia cristiana no consiste en realizar esfuerzos tensos e inquietos, sino en acoger el don de Dios. El cristianismo no es una religiĂłn del esfuerzo, sino de la gracia divina. Ser cristiano no es cumplir una lista de cosas que hay que hacer, sino acoger, mediante la fe, el don que se nos ofrece gratuitamente.
Jacques Philippe, con ese telĂłn de fondo, trata asĂ de la apertura al EspĂritu Santo, la oraciĂłn, la libertad interior, la paz de corazĂłn, etc., invitando a los lectores "a anticipar la PentecostĂŠs de amor y misericordia que Dios desea derramar sobre nuestro mundo".