Ella estaba sentada observando el sol que entraba por la ventana, los pĂĄjaros que volaban cerca, y podĂa sentir el aire que susurraba entre los ĂĄrboles. Observar los sauces que alguna vez alguien habĂa plantado mucho tiempo atrĂĄs. VeĂa los grandes jardines que rodeaban la casa, todo la esperaba afuera y ella no podĂa tocarlo, sentirlo ni oĂrlo.
Llevaba demasiado en este silencio y se habĂa acostumbrado a cargar con ĂŠl. Lo aceptaba como un castigo, pero no sabĂa si era un error o si realmente tenĂa que pagarlo con su silencio y su encierro. Los dĂas se alargaban y la culpa no la dejaba dormir, se habĂa acostumbrado a ese lugarâŚ