La muerte domina el mundo antiguo, es el acontecimiento seminal que brilla con luz metafísica y permanece fijo en su imagen cruda, perfecta, inexorable. Es el mundo perdido de los héroes, la arena privilegiada de los campeones, el universo aristocrático de los príncipes, un imaginario griego que proyecta sobre Occidente innumerables personajes de carisma insaciable. Helena y Aquiles, Héctor y Andrómaca, Príamo y Hécuba, Patroclo, Paris, Odiseo, Áyax, Agamenón, Diomedes, figuras arquetípicas que son rostro y misterio de un enigma dual, compuesto de refracciones y duplicidades. Nada antes de la Ilíada, todo después de la Ilíada. Leer este poema es encontrar llaves secretas que abren mil puertas a la literatura posterior. Una lectura antigua que no cesa de mutar, verso tras verso.