Sobre finales de los años 60, a un zagal del pueblo jiennense de Pegalajar se le mete en la cabeza que, de mayor, quiere ser periodista. Conforme va creciendo, su vocación aumenta a medida que descubre que en gran parte de lo que acontece no participa – a pesar de lo que le habían dicho- solo la providencia. Esa convicción le mueve a prestar atención a hechos y acontecimientos aparentemente intrascendentes, tras los cuales hay poderosos señores y serviles vasallos. Trabajando de reportero recibe una sorprendente propuesta que le llevará a afrontar situaciones límite de impredecibles resultados. Una tarde de julio de 2013 decide contarle todo a una persona por la que siente admiración.