Este libro trata de mostrar hasta qué punto los autores son necesaria y previamente lectores, hasta qué punto leen de acuerdo con un inconsciente ideológico y estético, y lo hacen como una forma de construir su yo literario, para leerse a sí mismos a partir de los autores leídos, para definirse mediante la tradición lejana o inmediata, incluso para situarse en el sistema o el campo literario del que forman parte, trazando afinidades y diferencias con respecto a los demás habitantes de esa tradición o de ese campo.
Escribir presupone saber leer, los autores comienzan por ser lectores; lectores de otros y, lógicamente, lectores de sí mismos mientras escriben y cuando su obra ya está constituida como objeto. En cierto modo, este libro, que no es un manual, propone un canon, por lo demás bastante asentado. Si lo hace, es porque a la vez propone, también en cierto modo, no una historia de la lectura, una historia literaria del lector a partir de los autores seleccionados o una biografía de estos como lectores, sino una historia de la literatura española contemporánea muy parcial e incompleta, que solo resalta una serie de lógicas internas dentro de otras muchas posibles, pero que al fin y al cabo resultan significativas para trazar un entramado histórico a partir de la dialéctica entre escritura y lectura.