En el trasiego incansable de las olas nacen estos diecisiete cuentos. Relatos escritos a ráfagas de viento y golpes de mar, de sal, espuma y yodo. Escritura de naufragio que surge del abismo en forma de islotes repentinos, abruptos, salvajes. Y peligrosos: no están señalados en ninguna carta náutica.
Entre el cielo y el mar, acompañado por el murmullo de los antiguos dioses griegos, mi barco vestido de blanco navega mediterráneamente cautivo y se puebla de voces.
Cuentos que narran los avatares de los hombres en tierra firme, tan contradictorios a veces como el deseo del marino que al anochecer, bajo la oblicua mirada de la luna, aspira el perfume de rosas y limones que le llega de tierra y es entonces cuando quiere y no quiere llegar a puerto.
Penélope tendrá que esperar.