La publicación en 1969 de Abecedario de pólvora supuso una auténtica convulsión en el panorama literario y la crítica búlgaros. Por primera vez se abordaban cuestiones como la revolución o la resistencia antifascista huyendo de la simplificación y del ensalzamiento ideológico impuestos por el realismo socialista. Las historias que lo componen, de una sencillez tan profunda como bella, están impregnadas de una sabiduría popular que entronca con la rica tradición y folklore búlgaros.
Esta obra es una puerta a un pequeño mundo rural, tan real como rico en elementos fantásticos (lo que le valió el calificativo de realismo mágico balcánico), poblado por héroes anónimos que, conduciendo su carro lleno de jarros y vasijas, amasando el pan cada mañana o tallando la piedra de las canteras, nos muestran la grandeza y la miseria de la vida campesina, reivindicando su papel en la épica de lo cotidiano.
«Radíchkov excava la sabiduría en el fondo del candor cotidiano, la inteligencia oculta bajo las apariencias de la simpleza, la locura poética disfrazada de sencillísimo sentido común y áspera tozudez, don Quijote disfrazado de Sancho Panza». Claudio Magris
«Las historias narradas en Abecedario de pólvora no parecen de este mundo, y sin embargo son tan rurales y pegadas a la tierra que no hay nada más "real". Pero además, uno verifica que el autor supera el canon del realismo socialista, apropiándose de algunos de sus elementos para parodiarlo y subvertirlo. El resultado es una obra de las grandes, de primer nivel». Ronaldo Menéndez
«Abecedario de pólvora es un libro magnífico, de otro tiempo. Cualquier historia desprende un cariño por aquellos tiernos bárbaros, instalándose en una tradición centroeuropea entre lo triste y lo bello, entre el humor y la historia arrojada como piedras. Juan Jiménez García, Detour
«Radíchkov describe este mundo con un gran humanismo, elevando así el localismo más terruñero a la categoría de símbolo universal». Adolfo Torrecilla, ACE Prensa