Con este libro, Basho, yo, se culmina la trilogĂa compuesta por este mĂĄs los dos anteriores: Sendas Zen del Toro y Ecos, Zen y Yo. TambiĂ©n valdrĂa decir que se asoma uno desde la cĂșspide de la visiĂłn para derramarse, hilo a hilo, por esta fragmentaciĂłn de la Verdad, la Belleza y la Bondad en las mĂșltiples realidades captadas y cantadas por el poeta y simbolizadas en nombre, rĂos, pueblos y ciudades, del norte y del sur, del este y del oeste de nuestro mundo como encarnaciones del ser verdadero. Arquetipos y figuraciones de cuanto ha existido, y preludios casi mĂsticos de cuanto es y, sobre todo, de todo aquello que estĂĄ llamado a ser. MĂșsicos, poetas, filĂłsofos todos en trance y en danza tras la porfĂa de lo inefable. Todo el libro es un inmenso poemario de la afirmaciĂłn y la certeza.
La obra se construye en forma de invisible y mĂstico ikebana ascendiendo por los tres estadios que afirma el pensamiento: el terrenal, punto de apoyo y primer sustento de toda realidad intramundana, para que desde ella y con la ayuda de la inteligencia accedamos a todo cuanto hay de humano en esta vida, y sostenidos por esta dimensiĂłn ya de privilegio podamos descubrir y vivir en el ĂĄmbito supremo del espĂritu. La ascensiĂłn es verdaderamente prodigiosa y la exaltaciĂłn queda culminada en este mĂĄgico ikebana de las tres alturas donde habita el hombre superior.