El contrato social es un libro emblemĂĄtico en la historia del pensamiento polĂtico occidental, un libro impulsor de revoluciones âla de 1789â y de revolucionarios âde Robespierre a SimĂłn BolĂvar y Fidel Castroâ, una obra a contracorriente que ensalza, en el contexto de la Europa de las monarquĂas absolutas, la democracia directa de las repĂșblicas de la AntigĂŒedad en las que el pueblo, reunido en asamblea, legislaba. El texto, malentendido con frecuencia, lejos de encarnar los grandes principios de la democracia moderna, como se ha dicho, reniega de ellos, tanto del sistema representativo implantado en Inglaterra a raĂz de la RevoluciĂłn Gloriosa de 1688, como de los derechos individuales o la divisiĂłn de poderes auspiciada por Locke y Montesquieu. Heredero del republicanismo de Maquiavelo, Rousseau somete al individuo a la colectividad en donde cada individuo cede parte de su independencia y la somete a la direcciĂłn suprema de una voluntad general mĂĄs justa que mira por el interĂ©s comĂșn, por el interĂ©s social de la comunidad, por la utilidad pĂșblica. De esa voluntad general emana la Ășnica y legĂtima autoridad del Estado.