Todo lo bueno, o es pecado o engorda. En estas páginas, el autor trata de demostrar que es más bien el capricho y el exceso lo que estropea, defrauda… y engorda. El equilibrio es la clave del máximo placer compatible con la libertad y la felicidad, y el nombre de ese equilibrio en la comida, en la bebida y en la vida sexual es templanza.
El equilibrio interior constituye un texto revolucionario, al defender lo contrario a lo establecido por el pensamiento dominante: la moderación y la virtud es el camino para alcanzar una vida plena; el deseo y las demás pasiones son algo maravilloso y positivo, que solo producirán sus mejores efectos si se persiguen de un modo razonable. La templanza, por tanto, se manifiesta como una clave indispensable para la felicidad.