El objetivo final de un proyecto es satisfacer la necesidad de uno o más clientes o usuarios del mismo. El espectro de necesidades satisfechas mediante los proyectos es muy amplio; por ejemplo, una nueva sede bancaria satisface una necesidad de espacio, una vía de penetración facilita la movilidad a una zona remota, el desarrollo de una nueva vacuna ayuda en la solución de un problema sanitario, etc. En consecuencia, se puede decir que la utilización de un esquema de gerencia de proyectos (que va a dirigir su desarrollo) está asociada con tantas necesidades de la humanidad como se quieran satisfacer, cada una de estas con una naturaleza y características diferentes, pero que se pueden enmarcar para su desarrollo como proyecto, dentro de un esquema gerencial común, que permite dirigirlo y llevarlo a cabo, adaptando estos a los requerimientos particulares de cada necesidad. Si se segmenta el campo de desarrollo y acción de los proyectos, se pueden encontrar los de construcción y, más específicamente, los de edificaciones, en los cuales el objetivo es satisfacer la necesidad de desarrollar y construir proyectos de: vivienda, oficinas, hoteles, centros comerciales, desarrollos de uso múltiple, centros de convenciones, teatros, parqueaderos, fábricas, hospitales, aeropuertos, estadios, escenarios deportivos, bibliotecas, entre muchos otros.