Esa tarde una maestra gritĂł: ÂĄGorilas en el techo! Karen no sabĂa si echarse a llorar o a correr; tampoco sabĂa que su vida estaba a punto de desmoronarse como migajitas de pan. Al poco tiempo sus papĂĄs anunciaron que la familia se mudaba. ÂżQuĂ©eeee? Se le pararon los pelos de punta. Dejar la escuela, amigas, abuelos y a su querida Guatemala era mucho peor que si diez simios le hubieran brincado encima. Pero, la verdadera tragedia de Karen empieza cuando llega a otro paĂs que ni siquiera ubica en el mapa, a miles de kilĂłmetros del suyo, con un idioma del que no entiende ni papa y, por si fuera poco, con compañeros nuevos que la miran como a un bicho raro. Ella tiene de dos: encerrarse en su caparazĂłn o salir y exprimentar los limones que la vida le ofrece.
Con un lenguaje espontĂĄneo, agudo, divertido y ĂĄgil la protagonista nos cuenta sus venturas y desventuras para adaptarse a Israel y a su entorno violento, pues, aunque parezca chiste, huyen de Guatemala por la violencia y llegan a un paĂs en guerra. Sin embargo, Karen tambiĂ©n descubrirĂĄ la sorpresa del primer beso, el poder de la amistad y lo maravillosa que puede ser la vida, aunque Ă©sta no siempre estĂ© exenta de dolor.
Gorilas en el techo, nos sumerge con un gran talento y de una manera sencilla en temas profundos y a veces complicados como la intolerancia, la violencia, la muerte, el despertar a la sexualidad y la esperanza de un mundo pacĂfico donde quepamos todos.