Profundo admirador de Poe y Dunsany, H. P. Lovecraft no escatima en esfuerzos por honrar y continuar la tradición de relatos macabros y oníricos que estos grandes maestros iniciaron. La escritura precisa y exquisita de los cuentos de Poe y la pasión por lo fantástico en Dunsany se conjugan en la novedosa propuesta del joven escritor, de cuya obra temprana este libro ofrece una cuidadosa selección (1919-1928). Aquí el lector no encontrará historias comunes de terror, no hay brujas o fantasmas que asechan al protagonista en la cabaña o en el bosque, nada de eso. Lo que descubrirá el lector es nada menos que horror cósmico: ese sentimiento experimentado por quien logra vislumbrar, durante un instante, la inmensidad del cosmos y los misterios que esconde. Esta experiencia desafía la concepción previa del universo y lanza al individuo hacia la locura, pues hay secretos que el ser humano no está en capacidad de comprender, secretos que revelan que el hombre es poco menos que nada, insignificante frente a criaturas cuya naturaleza está cifrada en las siguientes líneas: